¿Sientes que tu vida diaria va tan rápido que te es casi imposible recuperar el aliento para seguir?
La perfección es una pulida colección de errores.
Mario Benedetti
El perfeccionismo se ha estudiado como un rasgo de personalidad que puede tener tanto efectos positivos
(motivación, disciplina) como negativos (ansiedad, insatisfacción crónica). Es la búsqueda incesante de excelencia y la perfección en todos los campos de la vida.
Se ha relacionado con heridas emocionales, como el sentimiento de desvalorización o la necesidad de validación externa. Muchas personas perfeccionistas sienten que no son suficientes si no alcanzan estándares ideales en trabajo, relaciones o logros personales.
Actualmente, el perfeccionismo ha sido
alimentado por ideales sociales, redes sociales y expectativas de éxito. Estas ideas se intensifican de tal manera que la constante comparación con los demás puede acrecentar la autocrítica y el miedo al fracaso.
El mito de Sísifo de Albert Camus, condenado a empujar una roca eternamente sin recompensa, se ha usado como metáfora del perfeccionismo:
una lucha interminable por alcanzar algo que nunca parece suficiente.
Las personas que son muy perfeccionistas son muy exigentes consigo mismas esto conlleva a tener cargas emocionales y físicas muy pesadas. Este tipo de situaciones pueden generar ansiedad, depresión, agotamiento emocional, y la presión constante de alcanzar un nivel de perfección que resulta imposible de lograr.
La búsqueda incesante de perfección nos puede llevar a la proclastinación, es decir, la necesidad de hacer todo más que bien, nos puede afectar al grado de no llevar acabo cierta actividad por temor a no lograr la perfección.
El perfeccionismo se encuentra íntimamente ligado a la autoestima. Las personas perfeccionistas se ponen estándares tan altos que llegan a ser severamente autocríticos cuando estos no son alcanzados. En lugar de valorarse a sí mismos como personas solo les dan valor a sus logros y los éxitos que tengan.
La necesidad constante de aprobación y reconocimiento lleva a la autoestima dependiente y a expensas de lo que las demás personas opinen. Esta necesidad de aprobación total es altamente agotadora e incluso se llega a tener una sensación de falta de control sobre la vida propia o los
acontecimientos directos.
Algunas recomendaciones para evitar caer en el perfeccionismo son:
- Objetivo claros y realistas. Poner objetivos alcanzables y no evaluar los resultados en base a las críticas.
Autoconocimiento y autocompasión. Reconoce hasta donde puedes, trátate con amabilidad y respeto. Valora tu esfuerzo para llegar al resultado.
- Desafiar las voces de la mente, los pensamientos irracionales. Minimiza el pensamiento que no te deja avanzar, analiza tus logros diarios y evalúa como estos te hicieron avanzar.
- Buscar apoyo profesional. Si te encuentras rebasado por el constante deseo de perfección busca apoyo de un profesional en salud mental.
- Establecer límites de tiempo. Al establecer tiempos respétalos, valora más el poder no pasar el límite que el resultado.
En Psiconversando te invitamos a llevar acabo estos prácticos consejos para disminuir el agotamiento que genera la búsqueda de perfección y puedas vivir en armonía con tus pensamientos y situaciones de la vida cotidiana.