Casi todo volverá a funcionar si lo desconectas un momento… incluso tú.
Anne Lamott
Actualmente nos encontramos siendo dependientes de las pantallas para casi todo en la vida. Quizás sea momento de reflexionar sobre este tiempo en que la desconexión debe ser prioritaria.
¿Puede ser un factor que afecta de manera directa a nuestra salud mental?
Claro, cada vez encontramos más casos en los que las pantallas nos refuerzan delirios, obsesiones o vínculos afectivos irreales a los cuales somos vulnerables ampliando la posibilidad de riesgos serios. Todo en exceso provoca algún tipo de dependencia o vicio.
En el estudio de Tamura et al.1, realizado en 2017 en Japón, se investigó la relación entre el uso del móvil y el insomnio y la depresión en los adolescentes. Los resultados mostraron que el uso de móviles más de 5 h por día se asocia con una menor duración del sueño y con insomnio, pero no con depresión. El uso de teléfonos móviles durante 2 horas por día para servicios de redes sociales y chats en línea se asocia con un mayor riesgo de depresión. El uso excesivo de teléfonos móviles puede estar relacionado con hábitos de sueño poco saludables e insomnio.
Te sugerimos llevar a cabo buenas prácticas de desconexión, aquí te exponemos algunas.
- Rituales de desconexión digital.
Un té, un estiramiento suave o escribir un par de líneas en un diario. Investigaciones de la National Sleep Foundation muestran que reducir la exposición a luz azul al menos 60 minutos antes de dormir mejora significativamente la calidad del sueño.
- Aplica la regla 20-20-20 para cuidar la vista.
Cada 20 minutos frente a una pantalla, mira algo que esté a 20 pies (6 metros) durante 20 segundos. Este simple hábito, recomendado por la American Optometric Association, reduce la fatiga visual digital.
- Bloques de trabajo y descanso (técnica Pomodoro extendida).
Trabaja 50 minutos y descansa 10. No uses el descanso para revisar redes, sino para moverte, hidratarte o mirar por la ventana. Estudios sobre productividad (Kühnel & Sonnentag, 2011) indican que los micro-descansos aumentan la concentración y reducen el estrés acumulado.
- Espacios libres de pantallas en casa.
Elige zonas donde la regla sea “pantallas prohibidas”: la mesa del comedor, el dormitorio o el baño. Así reentrenas a tu cerebro para asociar esos lugares con descanso y conexión. La OMS recomienda este tipo de medidas para promover hábitos más saludables.
- Conexiones cara a cara como vitamina emocional.
Prioriza al menos una conversación significativa al día. Puede ser un café con un amigo, charlar con tu familia sin el celular a la vista o saludar al vecino con calma. La American Psychological Association subraya que la interacción presencial reduce la sensación de soledad y protege contra la depresión
- Micro-momentos de mindfulness.
No necesitas una hora de meditación: basta con 3 respiraciones profundas antes de volver a ver tu pantalla, o 2 minutos de estiramiento consciente.
- Sustituye, no solo elimines.
Si decides reducir el scroll en redes, sustituye ese tiempo con algo que también te dé satisfacción: escuchar música, salir a caminar, cocinar, dibujar o simplemente mirar el cielo. De esta forma no se siente como “quitar” algo, sino como “cambiarlo por algo mejor”.
Recuperar el espacio no implica satanizar las pantallas o la tecnología si no recuperar nuestro tiempo, atención y usar la energía en cosas que hemos venido posponiendo.
Necesitamos poner un límite sano para poder seguir disfrutando de los beneficios que nos puede otorgar la tecnología en este futuro inmediato.
En nuestra app encontrarás recursos prácticos para desconectarte del ruido digital y reconectar contigo mismo.
El tiempo de ocio debe ser efectivo no debe ser considerado una perdida de tiempo.
El verdadero descanso no está en no hacer nada, sino en hacer lo que nos devuelve al presente.
Anónimo.
1. Tamura H, Nishida T, Tsuji A, Sakakibara H. Association between excessive use of mobile phone and insomnia and depression among Japanese adolescents. Int J Environ Res Public Health. 2017;14:E701,10.3390/ijerph14070701.