¿ESTAS EN UNA SITUACIÓN DE CRISIS?

Monogamia por amor o por mandato.


Noviembre 7, 2025



La monogamia no solo es una elección moral o racional, sino una formación desde el inconsciente generada por el deseo, la represión y las fantasías de la mente humana.

¿Por qué apostamos por las relaciones de dos, para siempre y exclusivas cuando el deseo humano parece ser otro distinto?

El deseo no es algo que podamos controlar tan fácilmente. No se apaga porque firmamos un acta de matrimonio o porque juramos fidelidad. El deseo es inquieto, caprichoso, y muchas veces se escapa por la tangente. Entonces, ¿por qué insistimos en que una sola persona debe satisfacer todas nuestras necesidades emocionales, sexuales y afectivas?

Desde la niñez nos enseñan que el amor “real o verdadero” debe ser exclusivo. La monogamia no es natural ni universal es una construcción social y cultural que organiza el deseo, lo vuelve doméstico y manejable. La monogamia no es algo que se encuentre mal, para muchas personas funciona pero para otras puede ser una fuente de frustración, culpas, infelicidad o represión.

Lo amo pero deseo estar con otra persona. Es humano y natural. La psicología no nos dice cómo debemos decidir qué tipo de relación tener, nos invita a pensar porque elegimos lo que elegimos. ¿Estoy en una relación monógama porque realmente lo deseo, o porque tengo miedo de perder al otro? ¿Qué fantasías sostienen mi idea del amor? ¿Qué lugar ocupa el deseo en mi vida?

Tal vez la clave no esté en romper con la monogamia, sino en dejar de vivirla como una obligación. En lugar de seguir recetas, podríamos empezar a construir vínculos más honestos, donde el deseo no sea un enemigo, sino una parte más del diálogo.

Amor, deseo y traición en el centro laboral.
El trabajo no solo es un lugar de productividad: también es un escenario donde se juegan vínculos afectivos, fantasías y tensiones que pueden poner en jaque la monogamia. Desde el psicoanálisis, la infidelidad en el entorno laboral no se explica solo por la oportunidad o la cercanía, sino por lo que ese espacio despierta en el inconsciente.

El trabajo se vuelve terreno fértil para romper la monogamia porque se crean vínculos laborales intensos, mucho más cercanos que en el hogar al pasar más tiempo que en casa. Compartir objetivos, metas, planes, frustraciones y sobre todo tiempo puede generar una intimidad que desarrolle el deseo.

El deseo no solo responde ante la situación lógica del deber sino a lo que falta, a lo que se escapa. En el espacio laboral eso toma una mirada de cómplice, una conversación profunda o una fantasía de escapar.

La infidelidad es una vía de expresión del deseo reprimido, no siempre consciente, pero puede volverse opresiva.

Lo que la psicología nos invita a ver es:
La infidelidad no siempre busca reemplazar al otro, sino recuperar algo perdido en uno mismo: vitalidad, deseo, reconocimiento.

En el trabajo, el otro puede encarnar lo que falta en la relación de pareja, sin que eso implique necesariamente amor o compromiso.

El sujeto no es dueño de su deseo, y muchas veces se sorprende por lo que siente o hace. El psicoanálisis no juzga, pero sí invita a entender qué está en juego.

La monogamia y la infidelidad en el trabajo no son solo temas de moral o control. Son expresiones de lo humano, de lo que se desea, se teme y se reprime. Hablar de esto sin culpas ni idealizaciones permite abrir espacios de reflexión más honestos, tanto en lo personal como en lo profesional.

Las palabras han de expresar con fidelidad nuestro pensamiento. Confucio

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Ricardo Torres

Orgulloso mexicano, psicólogo / coach y mercadólogo, especializado en terapia de parejas.
Dirige el proyecto Psiconversando, Terapia en Línea